La siesta fue un infierno sin el servicio eléctrico que a su vez acarrea la falta de agua. La distribuidora se lavó las manos pero todos los días sucede lo mismo.
Locales14/01/2022
leonardo fernández acosta
La empresa Refsa informó los motivos del corte energético que afectó este viernes a toda la provincia y refirió que: “A las 14:36 hs se produce la salida de servicio de la línea de 500 KV, dejando fuera de operación a los dos Transformadores de Potencia de la Estación Transformadora Gran Formosa, concesionada por la empresa LITSA, afectando el servicio eléctrico de toda la provincia de Formosa” explicaron a través de un comunicado.
Indicaron que al ser un problema generalizado, fueron afectadas “la provincia del Chaco en su totalidad, Corrientes parcialmente y provincias del Litoral", estando en plena investigación el origen de la falla que afectó a toda la región. Asimismo confirmó que la reposición total del servicio para la provincia de Formosa se dio exactamente a las 15,23 horas.
Nuevamente el país está volviendo a las épocas cuando las tarifas estaban atrasadas por una maraña de subsidios que nunca llegaban a las empresas por lo que las empresas optan por no invertir, aún cuando el consumo y la demanda de mayor cantidad de energía crezca.
La empresa solo explicó lo ocurrido este viernes a la siesta pero todos los días hay caídas en la tensión, afectación de los electrodomésticos o subidas repentinas, con el mismo resultado y como si eso fuera poco, tras el corte de luz, la distribuidora de agua potable, Aguas de Formosa, también interrumpe el servicio del vital fluido.
Nuevamente el país está volviendo a las épocas cuando las tarifas estaban atrasadas por una maraña de subsidios que nunca llegaban a las empresas por lo que las empresas optan por no invertir, aún cuando el consumo y la demanda de mayor cantidad de energía crezca.
Con un aumento del gasto público del 37,9% —el más alto del país—, Formosa vuelve a mostrar que su economía depende casi por completo del Estado. Detrás del récord se esconde un modelo político que confunde expansión con progreso y gasto con desarrollo, mientras la pobreza y el atraso estructural siguen intactos.
Mientras en el país se celebra el éxito del nuevo sistema de Boleta Única de Papel, en Formosa el oficialismo se aferra a la trampa más vieja del poder: la Ley de Lemas. Nuevo País presentó un proyecto para derogar ese mecanismo perverso que desvirtúa la voluntad popular, pero en la Legislatura gildista las iniciativas que buscan transparencia tienen siempre el mismo destino: el tacho de la basura.
La UCR formoseña se hunde en su peor crisis histórica. Con el 3,66% de los votos, Miguel Montoya y Agostina Villaggi niegan la realidad, protegen el aparato vacío y planean candidaturas de fantasía mientras el partido se desintegra.
Sin la Ley de Lemas, sin sobres y sin miedo suficiente, el reino de Insfrán mostró su verdadera desnudez: un poder sostenido por la pobreza y el silencio que empieza a resquebrajarse. La impunidad sigue, pero el mito se rompió.
Mientras nuestros chicos mueren, sufren o callan, el Estado responde con silencio y la sociedad mira para otro lado. En Formosa, la tragedia infantil ya no conmueve: apenas ocupa un renglón entre las estadísticas.
El juez federal Pablo Morán volvió a ponerse del lado del poder: bloqueó la presencia de la Dirección Nacional Electoral y habilitó a militantes gildistas para “controlar” los comicios. En Formosa, la Justicia ya no vela por la transparencia: la custodia del voto quedó en manos del régimen.
Desde los fondos oscuros del Cártel de los Soles en Venezuela, pasando por el fideicomiso binacional Argentina–Venezuela y los canales del BANDES y el Banco Nación, hasta aterrizar en Formosa Alimenta, la empresa estatal del gobernador Gildo Insfrán: una red que mezcla política, narcotráfico y poder feudal en el norte argentino.
El juez federal Pablo Morán volvió a ponerse del lado del poder: bloqueó la presencia de la Dirección Nacional Electoral y habilitó a militantes gildistas para “controlar” los comicios. En Formosa, la Justicia ya no vela por la transparencia: la custodia del voto quedó en manos del régimen.
Sin la Ley de Lemas, sin sobres y sin miedo suficiente, el reino de Insfrán mostró su verdadera desnudez: un poder sostenido por la pobreza y el silencio que empieza a resquebrajarse. La impunidad sigue, pero el mito se rompió.
La UCR formoseña se hunde en su peor crisis histórica. Con el 3,66% de los votos, Miguel Montoya y Agostina Villaggi niegan la realidad, protegen el aparato vacío y planean candidaturas de fantasía mientras el partido se desintegra.
Mientras en el país se celebra el éxito del nuevo sistema de Boleta Única de Papel, en Formosa el oficialismo se aferra a la trampa más vieja del poder: la Ley de Lemas. Nuevo País presentó un proyecto para derogar ese mecanismo perverso que desvirtúa la voluntad popular, pero en la Legislatura gildista las iniciativas que buscan transparencia tienen siempre el mismo destino: el tacho de la basura.
