El día sábado el Consejo anunció el fallecimiento de una persona que habría pedido licencia médica por ser grupo de riesgo y que se habría desempeñado en la casa de gobierno. Se la negaron.
Locales25/04/2021
leonardo fernández acosta
En general cuando ocurre un caso positivo de COVID 19 en algunas de las oficinas públicas del gobierno de la provincia de Formosa, lo sucedido no se expone claramente respecto de las medidas posteriores y hay quejas de los empleados que en varios casos suelen no cumplir los protocolos exponiendo a esos trabajadores a un nuevo contagio.
Uno de ellos fue el contagio de cerca de 8 personas que habrían dado positivo en el sexto piso de la casa de gobierno y que fuera expuesto por este medio los primeros días del mes de abril en la Subsecretaría de Recursos Humanos, donde a pesar del primer positivo los empleados seguían concurriendo a trabajar mientras se improvisaban medidas tardías de sanitización en algunos sectores y les recomendaban a aquellos que se consideraban contactos estrechos realizarse los hisopados correspondientes, con unos días de licencia.
Lo lamentable de esta situación es que uno de los positivos de ese organismo de la casa de gobierno habría sido uno de los fallecidos anunciados el día sábado, cuyo nombre sería Oscar y tenía 61 años de edad.
Lo grave en esta trágica historia es que ante el escenario de crecientes contagios, este hombre habría pedido una licencia por historia clínica al tener más de 60 años y de la misma manera estar comprendido en los grupos de riesgo por una enfermedad crónica que lo aquejaba.
Aun así le habrían negado la licencia y lo obligaron a seguir concurriendo todos los días a trabajar por lo que se presume que podría haberse contagiado en los días subsiguientes que continuaron al primer caso en los primeros días de abril y cuyo fallecimiento fuera expuesto el día sábado en la conferencia de prensa del gobierno.
La situación de personas que siguen trabajando en lugares donde se han dado contagios sin la seguridad y el protocolo adecuado tiene lamentablemente ejemplos en muchas oficinas públicas.
Ministerio de Educación
Otro de los casos en donde no se estarían respetando los protocolos es en la Dirección de Secundaria de este Ministerio que tuvo un caso positivo con similares características que el empleado de la casa de gobierno, con una enfermedad base.
Las fuentes fiables que de manera obvia piden reserva, se manifiestan con miedo porque deben concurrir este lunes a trabajar con la detección reciente de un caso de coronavirus en la oficina.
Mientras la localidad enfrenta índices alarmantes de pobreza, falta de infraestructura y abandono sanitario, su intendente Adolfo Pérez promete “voto cautivo” para Gildo Insfrán y asegura que en Pozo del Mazo “todos viven dignamente”. El manual del servilismo institucional, en su versión más grotesca.
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La caja chica de Vialidad vuelve a abrirse con moño azul. Mientras Javier Milei brama en conferencias sobre la “casta política”, en Formosa su partido pacta con lo más rancio del aparato feudal. La salida forzada del ingeniero Víctor Padilla de la jefatura de Vialidad Nacional es un caso paradigmático: se va un funcionario que mantuvo operativa la estructura vial con escasos recursos y entra Hernán Ramis, un cuadro del gildismo reciclado por la vía rápida de la impunidad.
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El intendente Mario Brignole juega al macho montado con rebenque en mano para amedrentar a la oposición, pero tiembla de miedo cuando el Ejército anuncia maniobras en su camping. Gaucho para agredir mujeres, pero cobarde cuando no controla los uniformes. La síntesis perfecta del modelo formoseño: bravuconería para los débiles, sumisión ante el poder real.
Los trasladan como ganado, pero les prometen libertad. Viajan en un camión volcador hacia un acto político, creyendo que participan de la democracia, cuando en realidad son piezas de un sistema perverso que los condena, una y otra vez, a votar por quienes los mantienen pobres, dependientes y callados. No es una movilización: es una humillación institucionalizada.
