Formosa berreta: Evita, Perón, Maradona, Alberto, Dylan y ahora se suma Ignacio Copani para la campaña

La escuelas, las viviendas, los centros de salud y las obras públicas que se inauguran o re inauguran en tiempos de campaña no son ni más ni menos que servicios públicos que el estado está obligado a darles a los contribuyentes en devolución por los miles de millones (120 mil millones) que han aportado los argentinos y que llegan a la provincia no solo por Coparticipación Federal además la provincia tiene otros ingresos para obras públicas.

La provincia ha recibido de enero a septiembre un 509% de ingresos públicos por fuera de la Coparticipación, cuando en realidad lo que le correspondería una ejecución de presupuesto del 100%, esto traducido a dinero contante y sonante importa la suma de casi 9.000 millones de pesos en el lapso de 9 meses.

Ninguna otra provincia del NEA o del país ha tenido este incremento que represente una sobre ejecución del presupuesto estipulado para el 2021 y todavía con dos meses por delante para finalizar el ejercicio fiscal.

Aún así, gran parte de esos miles de millones se destinan pura y exclusivamente para la promoción de los candidatos oficiales y pasan a formar parte de la disponibilidad de fondos que aplicar en la cooptación de voluntades ante un magro resultado del oficialismo en las PASO.

Pero cuando el gasto se vuelve absurdo e irrelevante, aún para los militantes del oficialismo, del despilfarro de recursos públicos para dádivas y prebendas se cae en el sinsentido, como lo visto en el museo itinerante llegado a la localidad de Laguna Blanca en razón de otra de las inauguraciones del gobernador para favorecer a sus candidatos.

Deambulando en la caja de un camión volcador, venían sentados en un sofá de piedra por la ruta 86, Juan Domingo Perón, Eva Perón y Alberto Fernández, parados lo hacían, Diego Armando Maradona con la copa FIFA y Dylan el perro presidencial con una amiga de su misma raza. No habían tenido ni siquiera el tino de cubrirlos con un toldo para que la escena no fuera tan patética.

Cerca de un millón de pesos costaban todas las figura de tamaño real que fueron acomodadas en la plaza de Laguna Blanca durante el acto que se llevó a cabo en ese municipio. La gente que pasaba por ahí se preguntaba cual era la relación de Perón y Evita con Maradona y la copa y que tenía que ver Alberto Fernández posando con su perro Dylan y porque los habían dejado todos amontonados en la plaza sin ningún tipo de correspondencia con el contexto, con un cartelito indicativo aunque fuera.

Lo cierto es que ahora, Perón, Evita, Maradona, la Copa FIFA, Alberto, Dylan y su amiga, están en la plaza San Martín del centro de la ciudad de Formosa y la duda es la misma. Cual es el sentido de la exposición por fuera de un fanatismo descontextualizado y con algo que lejos de representar un homenaje se asemeja a una murga de carnaval.

"Que berreta" dijo una señora al pasar que seguramente no simpatizaba con el oficialismo pero más allá del juicio inmediato no es fácil entender que es lo que quisieron hacer los fanáticos y facturadores de cualquier cosa al gobierno. O el estado nacional o el estado provincial, a la saga el contribuyente paga este circo.

"Quiero la Pfizer"

En este derrotero de gasto público en campaña y sin el más mínimo sentido, llega a Formosa el cantante, Ignacio Copani, quien no se espera cante su éxito en las redes sociales, "Quiero la Pfizer", a manera de burla porque la Pfizer llegó para completar, por una donación de los EEUU., la mala campaña de vacunación del gobierno nacional y el gobierno provincial.

“Viene como militante del modelo nacional y popular, comprometido con el peronismo formoseño. Él nunca escondió ni negó su pertenencia política y viene a acompañar el proyecto que lleva adelante el doctor Insfrán, del Modelo Formoseño, va a estar trabajando con Techos Azules, pero también con las demás agrupaciones”, indicó el subsecretario de Cultura de la provincia, Alfredo Jara.

Todo esto le cuesta dinero al contribuyente pero lo utilizan para la campaña del oficialismo, claro si se utilizan para obras públicas o en beneficio de la gente viene bien. Ahora si se utilizan para el curro de unos pocos, el efecto no es el deseado, resulta piantavotos.