Si el antifascismo es históricamente una lucha contra sistemas autoritarios y represivos, resulta contradictorio que en Formosa se organice una marcha "antifascista" sin cuestionar el gobierno local, con claros rasgos autoritarios y de control sobre la ciudadanía.
Sin ningún tipo de control independiente, REFSA, el ente financiado con fondos públicos y con composición accionaria de ministros del Poder Ejecutivo, maneja negocios millonarios inimaginables y para nada transparentes. Solamente en petróleo la provincia tiene 12% de regalías y siendo parte con REFSA le suma un 15% más. La provincia no es el nuevo Dubai pero tiene a funcionarios públicos, empezando por el gobernador, viviendo como jeques árabes.
En el boletín oficial del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, más conocido como el PAMI y específicamente en la UGL de Formosa, hubo buenas noticias para militantes del modelo formoseño ya que fueron nombrados oficialmente por el organismo.
Mientras el gobernador repudia los recortes del gobierno nacional en todos los discursos y manda la “tropa” a repetirlos, en Formosa, tan solo en el sector de Personal de la provincia, redujo un 37% pero claro, el ajuste es condenable salvo cuando se hace en casa.
Mientras miles de formoseños hacen malabares para pagar su factura de luz, el Estado destina 4 millones de dólares anuales para cubrir el consumo de 43.600 originarios de las comunidades, que en promedio usan 300 kW en cada hogar. ¿Quién paga realmente la cuenta? Los contribuyentes que sí abonan sus tarifas.
Si el antifascismo es históricamente una lucha contra sistemas autoritarios y represivos, resulta contradictorio que en Formosa se organice una marcha "antifascista" sin cuestionar el gobierno local, con claros rasgos autoritarios y de control sobre la ciudadanía.
