Como era previsible se dieron casos positivos en varios supermercados de la ciudad capital pero lejos de cumplir con los protocolos siguieron atendiendo al público.
Locales26/04/2021
leonardo fernández acosta
Fueron varios los supermercados e hipermercados, tanto locales como multinacionales los que tuvieron casos de COVID 19 positivo y la mayoría de ellos cerró los días necesarios para la sanitización y también para completar los hisopados de rigor con los debidos plazos de los contactos estrechos.
Lamentablemente otros no lo hicieron, como el caso de El Pájaro Azul en su casa central, en donde según el testimonio de fuentes confiables, abrieron el local antes de tener los resultados de los contactos estrechos de los casos que dieron positivo en ese lugar.
Por otro lado y hace pocas horas, el super de Previsora del Paraná sobre la avenida 25 de Mayo, donde se habrían dado por lo menos cuatro casos y en donde siquiera cerraron el local para proceder a la sanitización, mucho menos aislar a los contactos estrechos. En ambos casos los gerentes prohibieron que se hablara de los contagios.
Pero si el mal ejemplo cunde lo mismo ha pasado en organismos públicos del gobierno de la provincia, donde los empleados son obligados a seguir cumpliendo funciones en oficinas en donde se han dado casos positivos y hasta con resultados fatales.
En el sexto piso de la casa de gobierno, en la Subsecretaría de Recursos Humanos, una persona falleció por consecuencia del COVID 19 y ahora le han comunicado al personal que se desempeña en ese organismo que deberán ir desempeñarse relevando datos, en los centros de salud del Ministerio de Desarrollo Humano.
Claramente hay formoseños que deben cumplir, inclusive a instancias de procesos penales, todas las restricciones impuestas por el gobierno por más descabelladas que sean, otros sencillamente no.
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La Policía de Formosa volvió a actuar como sabe: con opacidad, despliegue excesivo y nulo respeto por la transparencia. Mientras intenta descalificar al periodismo que investiga, se hunde en un descrédito irreversible, marcado por el historial de causas fraguadas, testigos falsos y operativos turbios. Nada en su versión oficial resiste el menor análisis. Y ya nadie les cree una sola palabra.
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Ocupó cargos, pidió favores, posó con los jefes del régimen. Hoy se presenta como opositora, niega su pasado y amenaza a periodistas que lo recuerdan. No cambió de ideas: cambió de estrategia. Y cuando se le agotan los argumentos, recurre a lo que mejor aprendió del modelo que ahora critica: el apriete.
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