
Duro revés para el oficialismo en las elecciones de la Federación Médica de Formosa
Por primera vez en 30 años el nucleamiento médico histórico de la provincia rompe la hegemonía del poder del jefe de gabinete de Insfrán, Antonio Emérito Ferreyra.
Por primera vez en 30 años el nucleamiento médico histórico de la provincia rompe la hegemonía del poder del jefe de gabinete de Insfrán, Antonio Emérito Ferreyra.
Una exdirectora del Ministerio de Gobierno de Formosa rompió el cerco del miedo y denunció públicamente lo que todos saben y callan: acoso sexual por parte del ministro Jorge González, amenazas con funcionarios de por medio, espionaje estatal, y un intento de violación dentro de una oficina pública. Todo con conocimiento del gobernador Gildo Insfrán. La impunidad ya no es solo política: es estructural, violenta y criminal. Pero ahora se expone ante legisladores nacionales.
La única obra inaugurada fue el lodazal. La épica del modelo formoseño quedó enterrada en el barro, junto con la logística oficial.
Que alguien le avise al gobernador que si los números siguen mejorando, pronto tendremos un dilema: o el mandatario admite que algo está yendo bien (¡herejía!), o inventa una teoría conspirativa donde el IERAL es un brazo clandestino del libertarismo. En todos los años de kirchnerismo nunca en Formosa bajó tanto la morosidad.
Insfrán se apura a cortar cintas en plena veda electoral, con un hospital inconcluso, sin médicos suficientes y financiado por una caja negra de hormigón. El “modelo formoseño” se sigue pariendo a los tumbos, aunque la propaganda diga lo contrario.
Mientras Jorge Ibáñez acusa al gobierno nacional de desfinanciar a las provincias, evita mencionar el saqueo institucional, la dependencia clientelar y el estancamiento estructural que Gildo Insfrán profundizó durante décadas. Señala el ajuste de Milei, pero calla el vaciamiento político y económico del modelo formoseño, sostenido a base de transferencias, pobreza administrada y discursos vacíos.