
leonardo fernández acosta
Locales29/04/2025Mientras Ibáñez llora por los fondos que no llegan, Formosa sigue siendo el monumento nacional al derroche clientelar. El ministro hace malabares con los números para ocultar lo obvio: su provincia es un elefante blanco que vive de la plata de todos los argentinos, pero que sólo genera pobreza, atraso y un puñado de bonos millonarios para la foto. ¿Hasta cuándo seguiremos bancando este circo? ¿Hasta cuando van a sostener una burda mentira del modelo formoseño?

leonardo fernández acosta
Locales29/04/2025Mientras Werning vuelve a abraza el "modelo formoseño" en Clorinda, queda en evidencia que la crítica en Formosa no es ideológica, sino táctica. Los que se rebelan y luego claudican no cambian de ideas, cambian de conveniencia. Hace menos de un año amenazaba con romper filas. Hoy promete lealtad absoluta al "conductor". En Formosa, la disidencia es solo un guión temporal para acceder a una mejor tajada.

leonardo fernández acosta
Locales29/04/2025En Formosa, los fantasmas no se exorcizan: se reincorporan al gabinete, donde robar no es pecado si el jefe te perdona, y en el feudo, el perdón vale más que la justicia. Décima volvió. La impunidad, en realidad, nunca se fue. Nada desaparece en Formosa... salvo los millones. En el reino de Insfrán, los cadáveres políticos vuelven a gobernar. Dicen que nadie vuelve del más allá. Salvo en Formosa, donde los muertos roban y regresan.

leonardo fernández acosta
Locales01/05/2025Mientras en las escuelas se canoniza la bandera entre lágrimas, marchas y promedios, en el escenario político basta con unas zapatillas desatadas para pisotear todo el ceremonial del mérito y la patria. Y pensar que hay chicos que lloran al cantar el “Alta en el cielo” como si estuvieran invocando a la mismísima Virgen de la Pureza Patriótica

leonardo fernández acosta
Locales02/05/2025El gildismo no necesita hacer campaña: los libertarios y los “outsiders” le hacen el trabajo sucio con cada berrinche, cada sigla y cada candidatura sin destino. Fragmentados, inútiles y ensimismados, los supuestos adversarios de Insfrán vuelven a demostrar que prefieren perder solos antes que construir algo juntos.