
Un informe proyecta una drástica inflación por encima de los tres dígitos, producto de la incoherente política económica del gobierno.
Un informe proyecta una drástica inflación por encima de los tres dígitos, producto de la incoherente política económica del gobierno.
"Acá lo claro es que quien conduce es Cristina, tenemos un presidente con la palabra devaluada, que un día dice una cosa y otro día otra. Y no son cambios relativos de opinión, sino visiones muy profundas, por eso la política exterior de Argentina se termina respaldando en Nicaragua, Cuba y Venezuela, por más que después intenten subsanar los errores".
El armado de Gerardo González se desmorona y, con él, la ficción de una conducción partidaria: en LLA manda quien tiene territorio, no quien firma papeles. La política es un terreno cruel para quienes creen que el liderazgo se construye con cargos y no con votos. Y hoy LLA en Formosa paga esa factura
Con un radicalismo resignado a inmolar a uno de los suyos y un peronismo que difícilmente supere los 200 mil votos en unas nacionales donde el aparato no juega igual que en las provinciales, todo indica que la mayor parte de los 100 mil sufragios opositores migrarán por voto útil hacia La Libertad Avanza, que se encamina a ser primera minoría aunque siga actuando como el cornudo: el único que no se entera.
Gerardo “Quini Seis” González, el diputado que ni Milei quería mostrar, pasó de libertario trucho a traidor profesional: acomodó amantes, vendió remeras al Estado, se entregó a Insfrán y ahora juega a la extorsión política para estirar su vida útil de parásito con fueros.
El fallo de Corrientes que desnuda cómo Insfrán usa la ley provincial para blindarse, mientras habla de superávit y avanza sobre la propiedad privada sin todavía haber modificado la Constitución Provincial. Le recordaron a los jueces militantes que la Corte Suprema ya había establecido que los tribunales provinciales no deben revisar el fondo de los fallos de otras jurisdicciones, sino simplemente garantizar su ejecución.
José Mayans es el retrato de la decadencia política formoseña: un senador que pasó más de dos décadas vegetando en el Congreso, incapaz de articular un discurso serio y que, como presidente del bloque kirchnerista, solo sabe regalar papelones. Su última hazaña: una agresión verbal cargada de violencia de género contra la candidata Virginia Gallardo, a quien calificó de “tonta” y “estúpida”, confirmando que el feudo de Insfrán produce legisladores mediocres, vulgares y violentos.