
Marcelo Sosa y un discurso que obliga a preguntarse si estaba en control de sus facultades. Spoiler: se hunden solos
Entre frases inconexas y una conducta llamativamente alterada, Sosa dejó dudas más propias de un examen clínico que de una sesión del Concejo. Defendió a De Vido, varias veces preso, a Chávez y le faltaba el Che Guevara para completar el desvarío.







