La situación de evidente abandono por parte de las provincia de Formosa respecto del grupo de riesgo que representan las fuerzas de seguridad es evidente al marginarlos del calendario de vacunaciones.
Locales16/05/2021
leonardo fernández acosta
Personal del Servicio Penitenciario Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, Policía Aeroportuaria Nacional e inclusive gran parte de la policía de la provincia de Formosa no han sido vacunados contra en coronavirus en la provincia.
El gobierno de Gildo Insfrán tienen absoluta potestad sobre las vacunas que llegan y se aplican en la provincia y aunque expuso que había vacunado a la policía local como grupo de riesgo, la mayor parte de los efectivos no posee ninguna dosis de todas las vacunas que se aplicaron.
Por otra parte en un escándalo de ribetes nacionales, ha priorizado la vacunación de presos, por sobre discapacitados con enfermedades base o la población de menores de 60 en riesgo con comorbilidades y otros grupos de mayor exposición e inclusive como sucedió en la Unidad 10 (U10) del Servicio Penitenciario Federal, se vacunaron los reclusos pero no los agentes que se desempeñaban en la unidad.
El malestar en las fuerzas tuvo su punto de eclosión, cuando el día sábado pasado, falleció el agente penitenciario y ayudante de primera, Ángel Ibarra, quien cursó el coronavirus agravado por sus enfermedades de base. Aún así y antes de la vacunación de los reclusos, había más de 20 casos de COVID 19 en la U10, que no solo no fueron considerados sino que hasta el día de hoy no los han vacunado.
Por otra parte y entre la población de los reclusos vacunados, se han dado contagios de coronavirus y la decisión que han tomado en la de aislarlos dentro del penal, constituyendo la unidad, una bomba de tiempo para quienes están alojados en el lugar como para quienes trabajan en la seguridad del mismo.
Las antojadizas decisiones del gobierno no solo han discriminado a los agentes de la U10 sino que tampoco han incluido en la vacunación a la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Aeroportuaria Nacional, todos ellos expuestos en los controles de ruta y frontera con las miles de personas que circulan hacia o desde la provincia.
Desde quienes están en la primera fila de los controles manifestaron que la responsabilidad es del gobierno provincial pero que también los jefes de las fuerzas no han hecho absolutamente nada para gestionar que esto ocurra.
A su vez explicaron que debido a la cantidad de contagios que ya se han producido entre miembros de varias fuerzas, en la semana evaluaran ir directamente a la justicia federal en el sentido que los casos son cada vez más numerosos al igual que los fallecimientos.
La boleta única rompe con el simulacro de unidad. En Formosa, la política no puede seguir siendo una suma de sellos vacíos y candidatos prestados. Es hora de elegir personas reales con ideas claras. La vieja política ya no se puede esconder.
Con tres décadas ininterrumpidas al frente de la provincia, Gildo Insfrán supera en permanencia a Stalin, iguala a Ortega y sigue ampliando su récord con el aval de una democracia amañada, una oposición neutralizada y una población rehén de la dependencia estatal. Formosa es un experimento de eternidad política en el corazón del país.
Mientras la mayoría de la población vive en la pobreza y el Estado provincial sobrevive gracias al auxilio nacional, el gobierno de Gildo Insfrán festeja un supuesto superávit fiscal como si se tratara de un logro de gestión. Una postal perfecta del cinismo estructural de un régimen que hace equilibrio entre la miseria y la propaganda.
Celeste Ruiz Díaz dejó Formosa sin pena ni gloria y aterrizó en Santa Fe con cargo nuevo y discurso institucional. Pero bastó un cruce con Amalia Granata en Twitter para que la Convención Constituyente se convirtiera en un ring de chicanas, acusaciones y cero ideas. Reforma sí, pero con escándalo incluido.
El radicalismo formoseño toca fondo: postula como diputado a un ex ñoqui del Senado, investigado por corrupción en el PAMI y ausente de la vida pública desde hace años. Todo bajo la sombra de Luis Naidenoff.
Mientras Brizuela hace campaña y promete contratos a empresas que nunca paga, los abuelos se pudren en sus camas. Literalmente. Elvira tiene úlceras profundas en la espalda y necesita atención diaria. Pero en el PAMI Formosa no hay gestión, solo abandono, impunidad y funcionarios que se mueven recién cuando la version radial de Formosa Investiga los deja en evidencia.
En una nueva muestra del valor del periodismo de investigación en una provincia donde el poder se esconde detrás del silencio y la impunidad, el portal Formosa Investiga, dirigido por el licenciado en Comunicación Social (UNLP) César Leonardo Fernández Acosta, presentó un pedido de acceso a la información pública dirigido al titular del PAMI Formosa, Héctor Brizuela.
El radicalismo formoseño toca fondo: postula como diputado a un ex ñoqui del Senado, investigado por corrupción en el PAMI y ausente de la vida pública desde hace años. Todo bajo la sombra de Luis Naidenoff.
Celeste Ruiz Díaz dejó Formosa sin pena ni gloria y aterrizó en Santa Fe con cargo nuevo y discurso institucional. Pero bastó un cruce con Amalia Granata en Twitter para que la Convención Constituyente se convirtiera en un ring de chicanas, acusaciones y cero ideas. Reforma sí, pero con escándalo incluido.
Mientras la mayoría de la población vive en la pobreza y el Estado provincial sobrevive gracias al auxilio nacional, el gobierno de Gildo Insfrán festeja un supuesto superávit fiscal como si se tratara de un logro de gestión. Una postal perfecta del cinismo estructural de un régimen que hace equilibrio entre la miseria y la propaganda.
Con tres décadas ininterrumpidas al frente de la provincia, Gildo Insfrán supera en permanencia a Stalin, iguala a Ortega y sigue ampliando su récord con el aval de una democracia amañada, una oposición neutralizada y una población rehén de la dependencia estatal. Formosa es un experimento de eternidad política en el corazón del país.
