
La versión de lo sucedido en Beer Monkey, según Carmelino Cáceres
en exclusiva para PeriodismoProfesional
h1.entry-title { font-size: 48px; /* tamaño grande para el título */ color: darkred; text-align: center; /* opcional, centra el título */ }

en exclusiva para PeriodismoProfesional

Desde los fondos oscuros del Cártel de los Soles en Venezuela, pasando por el fideicomiso binacional Argentina–Venezuela y los canales del BANDES y el Banco Nación, hasta aterrizar en Formosa Alimenta, la empresa estatal del gobernador Gildo Insfrán: una red que mezcla política, narcotráfico y poder feudal en el norte argentino.

El rector de la Universidad Provincial de Laguna Blanca, Adrián Muracciolle, volvió a poner la academia al servicio del aparato. Con su consultora Politiké, fabrica estadísticas a medida del poder para mostrar una Formosa que solo existe en los gráficos oficiales: la del empleo que crece, el Estado que adelgaza y un modelo que se vende como milagro mientras el resto del país se hunde en la realidad.

Mientras el país muestra una recuperación en sus exportaciones, el nordeste argentino continúa rezagado y Formosa directamente se hunde en el atraso estructural. En los primeros nueve meses de 2025, la provincia apenas generó 36 millones de dólares en ventas externas, casi todas en productos primarios. Un modelo que presume “autonomía” pero ni siquiera produce para vender más allá de su frontera.

El juez federal Pablo Morán volvió a ponerse del lado del poder: bloqueó la presencia de la Dirección Nacional Electoral y habilitó a militantes gildistas para “controlar” los comicios. En Formosa, la Justicia ya no vela por la transparencia: la custodia del voto quedó en manos del régimen.

Mientras nuestros chicos mueren, sufren o callan, el Estado responde con silencio y la sociedad mira para otro lado. En Formosa, la tragedia infantil ya no conmueve: apenas ocupa un renglón entre las estadísticas.