
En la reunion de la bicameral, el senador por Formosa le recordó a Mayans su pasado violando la Constitución por la reelección indefinida
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En la reunion de la bicameral, el senador por Formosa le recordó a Mayans su pasado violando la Constitución por la reelección indefinida
La reunión constitutiva fue convocada para este jueves a las 12. LLA prevé designar como presidente al senador Juan Carlos Pagotto.
Mientras la producción citrícola de Formosa ronda apenas las 14 a 19 mil toneladas anuales y está lejos de ser líder nacional, el diputado Ramiro Fernández Patri celebra un festival financiado con recursos públicos —con cachés millonarios para artistas nacionales como Nicki Nicole— como si fuese la prueba viva del “modelo productivo” de Gildo Insfrán.
La ex militante gildista reciclada en radical, Bianca Capeletti Puyo, pretende erigirse en guardiana de la ética y la moral mientras reparte amenazas judiciales a periodistas. Con ínfulas de superioridad, ahora sueña con una candidatura en 2027 apadrinada aparentemente por Juan Carlos Amarilla, borrando de la memoria su pasado al lado de los Insfrán.
El discurso de Camilo Orrabalis es pura escenografía: hospitales sin médicos, pasillos llenos de pacientes que esperan horas, derivaciones sistemáticas a clínicas privadas socias del poder y un sistema que se sostiene en la propaganda más que en la atención real. El “Estado presente” que declama solo existe en las fotos y en los actos; en la vida cotidiana, el modelo formoseño es abandono sanitario con maquillaje electoral.
En Formosa, familias enteras denuncian intentos de homicidio y ataques incendiarios por militar fuera del oficialismo. La justicia se mueve lento, la policía mira hacia otro lado y el poder político guarda silencio. La impunidad no es casual: es el verdadero mensaje de un régimen que castiga con fuego a quienes se atreven a pensar distinto.
Con un sueldo mínimo provincial fijado en $880 mil, Insfrán y sus gremialistas festejan un “logro” que ni siquiera alcanza a cubrir la Canasta Básica Total en Argentina, hoy arriba del millón de pesos. Un aumento efímero que la inflación pulveriza y una claque sindical que aplaude el ajuste disfrazado de conquista.