h1.entry-title { font-size: 48px; /* tamaño grande para el título */ color: darkred; text-align: center; /* opcional, centra el título */ }
Suscribirme

El operativo Aprender 2025 vuelve a las aulas con el mismo interrogante de siempre: ¿evaluar para mejorar o para maquillar resultados?

La manipulación estadística no sólo es un delito: es una forma de desprecio hacia el bien común. En vez de mejorar la realidad, se la falsifica. En vez de enfrentar los problemas, se los maquilla. Y en ese acto se desnuda algo más profundo: el poder entiende que es más importante que la gente crea que todo está bien, que hacer que realmente lo esté.

Locales11/11/2025leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
el flamante subsecretario de Educacion, Luis Ramirez Méndez
Subsecretario de educación de la provincia, Luis Ramírez Méndez, nombrado por Luis Basterra al frente de un potencial maquillaje con las nuevas pruebas aprender

Este miércoles, las aulas formoseñas serán escenario del operativo nacional Aprender 2025, que evaluará a los alumnos de sexto grado en Lengua y Matemática. En los comunicados oficiales se insiste en la “importancia” de la jornada, en el “compromiso” docente y en la “transparencia” del proceso. Sin embargo, la sombra de la desconfianza vuelve a proyectarse sobre un sistema que ya mostró resultados difíciles de creer: Formosa encabezando el ranking nacional de educación, por encima de Córdoba o la Ciudad de Buenos Aires.

En un país donde la desigualdad educativa es tan persistente como la pobreza, esa “revolución formoseña” no se explica por arte de magia, sino por el manejo discrecional de la información.

Dos datos se destacan. El más impactante es que más de la mitad (55%) de los estudiantes argentinos no alcanza el nivel de comprensión lectora esperado para su edad.

Este fracaso se acompaña de una diferencia muy significativa entre los alumnos de escuelas públicas y privadas, una brecha que crece con la desigualdad social. En otras palabras: los chicos de familias pobres leen y comprenden menos que los de hogares acomodados. Es un diagnóstico duro, pero coherente con la realidad del país.

Y sin embargo, dentro de ese panorama sombrío, surge la sorpresa: Formosa a la vanguardia educativa argentina. Según los resultados de Aprender 2024, el 63,6% de los alumnos formoseños obtuvo calificación buena o muy buena en comprensión lectora, superando incluso a la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba. En cuarto lugar, Santiago del Estero.

A primera vista, el dato debería ser motivo de celebración. Pero para cualquiera que conozca el sistema educativo formoseño, es una alarma. Hasta hace poco, la provincia ocupaba los últimos lugares. Y de pronto, sin reformas pedagógicas estructurales, sin mejoras salariales docentes, sin infraestructura nueva ni capacitación masiva, aparece como “modelo nacional”.

Más curioso aún: en la evaluación de Matemática de Aprender 2023, Formosa reportó más alumnos “avanzados” entre los hogares pobres (22,6%) que entre los de mayores ingresos (16,2%). En Formosa, parece, la pobreza se volvió una ventaja pedagógica. El mundo al revés.

Resulta difícil explicar cómo una provincia que, según el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, es —después del Chaco— la más pobre del país, logra liderar la tabla educativa nacional. El mismo índice pondera ingresos, educación y calidad de vida, y advierte que la pobreza material y cultural condiciona fuertemente el aprendizaje. Menos en Formosa, donde todo parece desafiar las leyes de la estadística y la lógica.

Sumemos otro dato: los docentes formoseños perciben uno de los salarios más bajos de la Argentina. Y el sistema educativo provincial, gobernado por la misma fuerza política desde hace más de tres décadas, no ha experimentado reformas significativas que justifiquen semejante salto en el rendimiento escolar.

Todo eso, junto, invita a una sospecha razonable: que los resultados de las Pruebas Aprender en Formosa no reflejan una mejora educativa, sino una manipulación política.

Argentina conoce bien los efectos de adulterar la información pública. Desde el INDEC intervenido de Guillermo Moreno hasta las anomalías del Censo 2010 en La Matanza, los ejemplos sobran. Cambian los nombres, pero se repite el mismo patrón: la política usando los datos para sostener ficciones.

La manipulación estadística no sólo es un delito: es una forma de desprecio hacia el bien común. En vez de mejorar la realidad, se la falsifica. En vez de enfrentar los problemas, se los maquilla. Y en ese acto se desnuda algo más profundo: el poder entiende que es más importante que la gente crea que todo está bien, que hacer que realmente lo esté.

¿Hay que sumar las pruebas Aprender de Formosa 2024 —y quizá las de 2025— a la lista de pequeñas o grandes infamias de nuestra estadística pública? Todavía es temprano para afirmarlo, pero el panorama es inquietante. Porque una provincia sin observadores independientes, sin auditorías externas y con antecedentes de manipulación informativa no puede ser tomada en serio cuando dice ser “la mejor del país”.

 
⚖️ Aprender, o fingir que aprendemos
Las Pruebas Aprender son, en esencia, un instrumento valioso: permiten detectar fallas y orientar políticas educativas. Pero si se convierten en una herramienta de autopromoción, pierden toda utilidad. No miden conocimiento, miden obediencia. No evalúan aprendizaje, sino lealtad.

Formosa no necesita más medallas de cartón ni discursos triunfalistas: necesita escuelas en serio, docentes bien pagos y evaluaciones transparentes. De lo contrario, seguiremos asistiendo al mismo espectáculo: funcionarios celebrando un “modelo educativo exitoso” en una provincia donde la pobreza educativa sigue tan viva como la económica.

Te puede interesar
muraciole

No bajó la pobreza pero bajó la vergüenza: la estadística trucha con la que Insfrán pretende reescribir la realidad

leonardo fernández acosta
Locales22/12/2025

Otra vez Muracciole intenta vender como ‘éxito económico’ un derrumbe estadísticamente imposible de la pobreza y la indigencia, apoyándose en números oficiales que no resisten ni el análisis histórico ni la realidad cotidiana de Formosa. Vocero técnico de un relato que borra la pobreza en los números mientras la deja intacta en la calle

Lo más visto
muraciole

No bajó la pobreza pero bajó la vergüenza: la estadística trucha con la que Insfrán pretende reescribir la realidad

leonardo fernández acosta
Locales22/12/2025

Otra vez Muracciole intenta vender como ‘éxito económico’ un derrumbe estadísticamente imposible de la pobreza y la indigencia, apoyándose en números oficiales que no resisten ni el análisis histórico ni la realidad cotidiana de Formosa. Vocero técnico de un relato que borra la pobreza en los números mientras la deja intacta en la calle

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email