
La nueva generación de viejos traidores: otro panqueque en LLA Formosa y van...
La traición de Ramiro Saavedra no es un hecho aislado ni una sorpresa: es el síntoma perfecto de una generación política criada en la incubadora del gildismo, donde la ética se aprende al revés y la ambición viene preinstalada. Un joven que llegó prometiendo renovación y terminó replicando, con velocidad récord, el vicio estructural de Formosa: vender lealtades como si fueran acciones en un mercado negro de poder.









