
Con un sueldo mínimo provincial fijado en $880 mil, Insfrán y sus gremialistas festejan un “logro” que ni siquiera alcanza a cubrir la Canasta Básica Total en Argentina, hoy arriba del millón de pesos. Un aumento efímero que la inflación pulveriza y una claque sindical que aplaude el ajuste disfrazado de conquista.