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El “milagro” del Gini formoseño: reparto parejo de la pobreza bajo el mando eterno de Insfrán

Mientras el oficialismo formoseño y sus usinas satélites venden igualdad con estadísticas amañadas, la realidad muestra una provincia empobrecida, con su economía paralizada, salarios públicos por debajo de la canasta básica y un consumo que no repunta. La “equidad” en Formosa se logra porque nadie tiene nada.

26/07/2025leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
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La desigualdad no se elimina empobreciendo a todos por igual, sino generando oportunidades reales. En Formosa, la equidad estadística esconde una pobreza estructural fabricada.

Evidentemente el Rector de la Universidad Provincial de Laguna Blanca, Adrián Muracciole, nombrado a dedo sin respetar ninguna autonomía universitaria, le sobra tiempo para manipular datos estadísticos en favor del gobierno.

Muracciole, es el creador de una consultora “trucha”, denominada Politiké, la cual asegura sin ningún tipo de pruritos que Formosa es Singapur, de acuerdo a los indicadores tan desfigurados por el polifuncionario, que ya hace mucho tiempo nadie toma en serio.

Hace unos días aseguraba que Formosa pagaba la factura de luz más barata de todo el país y ahora volvió, evidentemente porque no tiene mucho trabajo como rector de la universidad de Gildo, para retorcer otro coeficiente estadístico.

La consultora Politiké, con datos supuestamente tomados del INDEC, intenta instalar que Formosa es un ejemplo de equidad y altos ingresos públicos. Pero un repaso serio y contextualizado de los indicadores revela una verdad incómoda: la provincia encabeza la dependencia del Estado, tiene salarios públicos de miseria y la aparente “igualdad” se logra porque todos están igual de pobres.

El “Gini formoseño”: todos pobres, nadie desigual

La consultora de Muracciole afirma que Formosa tiene uno de los índices de Gini más bajos del país, lo que implicaría menor desigualdad en la distribución del ingreso. Pero esto no es mérito alguno si se lo saca del contexto: Formosa tiene menos desigualdad porque casi nadie tiene plata.

Según los propios datos del INDEC, más del 67% de la población está bajo la línea de pobreza, y más del 80% de sus ingresos dependen del Estado. Es decir, la “igualdad” se logra porque la mayoría cobra lo mismo: salarios de subsistencia.

Un ejemplo: Si dos familias viven con $300.000 mensuales, ninguna es rica, pero el Gini dirá que hay “igualdad”. En cambio, si una familia cobra $1.000.000 y otra $300.000, hay más dispersión (más desigualdad), pero el ingreso real es mayor.

El “Gini bajo” de Formosa es una ficción estadística que esconde una realidad homogénea de pobreza generalizada.

Otro de los argumentos de Politiké es que Formosa está cuarta en el ranking de salarios públicos del Norte Grande. ¿Pero qué significa eso realmente? Exactamente lo contrario, debido a que el salario promedio del bolsillo de los estatales está por debajo de la línea de la pobreza. Además en un ranking regional donde los sueldos están por el piso, salir cuarto no es ningún logro.

Según los datos del cuarto trimestre 2024 de la EPH, el salario promedio del sector público en Formosa, es muy por debajo de la canasta familiar total y como si eso no fuera suficiente, el empleo público representa casi el 60% de la masa laboral formal, lo que muestra un sistema económico asfixiado por el Estado y sin dinamismo privado. No es que los salarios públicos sean altos; es que hay peores salarios pero solo Muraciolle sabe donde.

La “igualdad” formoseña es dependencia estructural

Cuando el 84% de la economía de una provincia depende de fondos nacionales (coparticipación, transferencias, programas, obra pública), hablar de superávit o de equidad es pura propaganda.

Formosa no es un modelo de equidad, sino de control político a través de la pobreza y la dependencia.

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