
Gildo Insfrán entre los gobernadores de la casta que Javier Milei banca
Del informe que presentó Francos ante el Senado, se desprende que Axel Kicillof fue el más perjudicado.
Del informe que presentó Francos ante el Senado, se desprende que Axel Kicillof fue el más perjudicado.
Los trasladan como ganado, pero les prometen libertad. Viajan en un camión volcador hacia un acto político, creyendo que participan de la democracia, cuando en realidad son piezas de un sistema perverso que los condena, una y otra vez, a votar por quienes los mantienen pobres, dependientes y callados. No es una movilización: es una humillación institucionalizada.
Ocupó cargos, pidió favores, posó con los jefes del régimen. Hoy se presenta como opositora, niega su pasado y amenaza a periodistas que lo recuerdan. No cambió de ideas: cambió de estrategia. Y cuando se le agotan los argumentos, recurre a lo que mejor aprendió del modelo que ahora critica: el apriete.
En uno de los discursos en donde el gobernador reescribió la historia poniendo a San Martín en la destitución de la primera Junta (llegó dos años después) también habló de 320 hornos, arrabio verde, polos tecnológicos y millones en inversión privada. Todo menos progreso real. Mientras el gobernador habla de industrias de vanguardia, la provincia sigue atrapada en el atraso. El humo no es del carbón: es del relato
A tres años del intento de copamiento institucional en la UNaF, los responsables siguen impunes, dictando cátedra sobre valores que traicionaron. La universidad debe elegir: o activa su memoria y defiende su autonomía, o se resigna a ser un apéndice más del poder político.
La Policía de Formosa volvió a actuar como sabe: con opacidad, despliegue excesivo y nulo respeto por la transparencia. Mientras intenta descalificar al periodismo que investiga, se hunde en un descrédito irreversible, marcado por el historial de causas fraguadas, testigos falsos y operativos turbios. Nada en su versión oficial resiste el menor análisis. Y ya nadie les cree una sola palabra.