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Monstruos: el caso de la niña encerrada y torturada tiene responsables directos y del estado

En la localidad de General Belgrano, una niña de seis años estuvo encerrada y torturada durante tres años, se realizaron las denuncias, pero nunca fueron tramitadas. Todos los organismos desde la policía, la justicia y los organismos de minoridad estuvieron ausentes.

Interior17 de febrero de 2022leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
Foto Ilustrativa caso Belgrano
Es otro caso en donde la policía de la provincia no actúa con la premura y la gravedad del caso ¿Inútiles o cómplices?

Una vecina comprometida terminó con un hecho aberrante, al comprometerse en denunciar después de realizar su propia investigación bajo riesgo de tratar con los progenitores violentos, cuando expuso el salvaje trato a una criatura y por fin la policía decidió actuar en la localidad de General Belgrano.

 Entre las torturas a la que fue sometida la nena, aparte del encierro, la golpeaban, la ataban y le tenían con vendas en los ojos lo que le produjo lesiones en la vista.

 Las denuncias se realizaron varias veces en la Comisaría que no dio curso inmediato a una situación terrible por lo que la cadena de responsabilidades de las bestias que torturaron a la criatura se suma, la responsabilidad de los titulares de la comisaría, del poder judicial y del organismo que debería tutelar a menores en riesgo.

 Increíblemente en el comunicado policial, hablan de una “Exhaustiva tarea investigativa” cuando el delito se había denunciado tres o cuatro años antes y se excusaron que todas las actuaciones al respecto fueron elevadas al juzgado correspondiente.

 Se organizó una marcha en General Belgrano, los padres fueron detenidos y la niña puesta bajo la tutela de la tía, pero pasaron años.

Hubo otros casos de negligencia judicial y policíal que fueran expuestos también por este portal como el de dos menores abusadas por su abuelo en donde perdieron el expediente la primera vez en la comisaría y la segunda vez en el juzgado, un año después le hicieron la camara Gesell a las criaturas.

 La progenitora al ser abordada por la policía en el barrio Santa Clara de esa localidad, manifestó que la hija podría estar con la abuela y otras afirmaciones contradictorias.

 Tomó intervención el Juez de Menores, quien recién daría la orden de allanamiento a las 24 horas pero la mujer al tener la policía vigilando la casa, reconoció que su hija estaba en la casa y pudieron rescatar a la niña.

 La menor presentaba quemaduras y varias lesiones según los médicos del Hospital de General Belgrano y luego fue trasladada hasta el Juzgado de menores de la localidad de Clorinda donde también la revisó el forense policial.

 De manera absolutamente tardía y con una ineficacia nunca vista, la Jueza de Menores Dra. Oviedo y secretaria a cargo la Dra. Gabriela Fernández, por decisión judicial, y en coordinación con la Dirección de la Niñez y Adolescencia, la menor fue examinada por la Forense Judicial. 

Hubo otros casos de negligencia judicial y policíal que fueran expuestos también por este portal como el de dos menores abusadas por su abuelo en donde perdieron el expediente la primera vez en la comisaría y la segunda vez en el juzgado, un año después le hicieron la camara Gesell a las criaturas.

De la misma manera, ya con la niña con daños físicos y psicológicos de todas índole, tomó parte el Juez competente de Instrucción y Correccional Nº 2 de la Segunda Circunscripción Judicial de la Provincia, subrogando la Dra. Laura Elías, quien debido a la situación en la que se hallaba la menor ordenó la inmediata aprehensión de los padres. 

 También ordenó que las menores, tanto la víctima como la hermana, fueran sacadas de la esfera de violencia, siendo puestas bajo la custodia y guarda tutelar de su tía, continuándose con las diligencias procesales por parte del juez interviniente. 

 Hoy hay dos monstruos que están en la cárcel, una criatura que debe empezar a construirse de a pedacitos para superar el horror y seguir su vida pero también una cantidad innumerable de funcionarios inútiles, negligentes y que deberían ser echados a patadas de sus puestos, empezando por la policía, siguiendo por el Poder Judicial y terminando con la Dirección de la Niñez y la Adolescencia.

 Si hubieran cumplido con sus funciones quizás hubieran evitado que esta niña de 6 años no hubiera sufrido los abusos, las vejaciones y las torturas que sufrió durante años.

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