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El coeficiente Gini de Insfrán: la redistribución ejemplar con miseria equitativa y planificada

Nuevamente, Adrián Muraciole, el rector de la UPLG lo hizo y salió a "cacarear" sobre las estadísticas que muestran a una provincia en donde la igualdad garantiza pobreza para todos. Resaltó el coeficiente de Gini bajo como también la dignidad, ya que no solo marca que la escasez está bien distribuida sino que en Formosa están todos igual de hundidos.

Locales03/05/2025leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
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Para Muracciole la misión del populismo que lo mantiene millonario y con cargos, está cumplida: pobreza pareja para todos menos para ellos

Desde la consultora "trucha" del rector de la Universidad Provincial de Laguna Blanca, Adrián Muraciole, "Politiké" festejaron el dato manipulado de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC -correspondiente al cuarto trimestre de 2024-, donde se calculó el Índice de Gini para evaluar el grado de equidad en la distribución del ingreso. Este muestra que el aglomerado Formosa se sitúa, junto a otros dos, entre los tres con menor desigualdad en el ingreso total familiar a nivel nacional y primero del en la región del NEA.

La pregunta es ¿como cierra la contradicción entre una pobreza del 67% en la provincia y un coeficiente de Gini de 0.298 (que indica baja desigualdad)? Esto se puede explicar con una idea muy simple pero poderosa.

¿Qué mide el Gini? Es un número entre 0 y 1. 0 = todos ganan exactamente lo mismo. 1 = una sola persona tiene toda la riqueza. Entonces, un Gini de 0.298 sugiere que los ingresos están bastante repartidos de forma pareja.
 
¿Qué mide la pobreza? Mide cuántas personas están por debajo de un ingreso mínimo necesario para vivir. En este caso, el 67% de los formoseños no gana lo suficiente para cubrir necesidades básicas.
 
¿Cómo pueden convivir? Imaginemos este escenario: Todos ganan más o menos lo mismo, por ejemplo $700.000 al mes. Pero la línea de pobreza está en $1.100.000 (según datos actuales del INDEC). Resultado: casi todos son pobres pero igual de pobres. Eso hace que el Gini sea bajo (poca desigualdad), aunque haya pobreza masiva.

Entonces si todos ganan exactamente lo mismo, el índice da 0. Si una sola persona concentra toda la riqueza, da 1. Un 0.298 es una cifra envidiable en cualquier país salvo que ese reparto se dé entre ingresos que no alcanzan para vivir. Así se construye el espejismo estadístico: una provincia “equitativa” donde siete de cada diez personas no pueden cubrir lo básico.

Esto tiene como origen primario un Estado como único empleador donde el 60% de los trabajadores formales en Formosa vive del empleo público. Todos ganan sueldos bajos y similares. La pirámide salarial es chata, no por justicia, sino por ausencia de dinamismo económico.

Por otra parte, un sector privado raquítico donde no hay grandes empresas, ni inversión, ni oportunidades de empleo de calidad. Sin movilidad social, no hay dispersión de ingresos. Todos quedan pegados al mismo piso, que es bajo.

La utilización política de Planes sociales como anestesia donde la masividad de la AUH, Potenciar Trabajo o Tarjeta Alimentar actúa como nivelador: todos reciben lo mismo. Pero esa igualdad es puramente distributiva, no transformadora. No saca a nadie de la pobreza, pero evita que se note demasiado.

Es una estadística donde los ricos que no figuran ya que el Gini se basa en encuestas. Y las encuestas no entran a las estancias del interior profundo, ni a los despachos enrejados donde se acumula el poder real. La desigualdad, cuando se camufla bien, no se mide. Pero existe.

 Una característica del modelo: La trampa del “igualitarismo pobre”

Formosa no es una sociedad equitativa, es una sociedad sin clases medias. No hay ricos que marquen la diferencia, ni pobres que puedan dejar de serlo. El Gini bajo no es el síntoma de un éxito redistributivo, sino el resultado de décadas de estancamiento planificado.

Lo que se presenta como cohesión social, en realidad es una forma sofisticada de control político: todos con lo justo, todos dependiendo del Estado, todos lejos de cualquier proyecto de autonomía económica.

 La conclusión es que la igualdad sin desarrollo no es justicia: es resignación. Celebrar un Gini de 0.298 en este contexto es como aplaudir que todos los pasajeros del Titanic tengan acceso al mismo chaleco salvavidas agujereado. La verdadera pregunta no es cuán igualitaria es Formosa. La verdadera pregunta es: ¿igualitaria hacia dónde?

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