Un abuelo de 80 años falleció mientras esperaba, durante horas, que le tocara el turno para cobrar su jubilación. No es el primer abuelo que se descompensa con esperas infernales en el Banco Formosa y probablemente no sea el último con consecuencias graves.
Locales08/07/2021
leonardo fernández acosta
"El señor tenía 80 años y tenía una cardiopatía hemorrágica, falleció en una silla de ruedas dentro del banco" se excusó, como hace siempre, el Ministro de Gobierno, Jorge González. Lo cierto es que el abuelo tuvo que viajar de Mojón de Fierro hasta la sucursal del Banco Formosa S.A. sobre la calle Mitre para poder sacar su jubilación y no quedar a merced del cajero automático.
Por las filas interminables que todos los meses tienen que sufrir los abuelos en este banco, hubo más de un descompensado que si no terminó de manera trágica, fue de casualidad. Nadie sabe puntualmente si el abuelo se descompensó afuera y fue llevado dentro del Banco pero lo innegable es la falta de humanidad del agente financiero del gobierno de la provincia que concentra las cuentas sueldo de todos los estatales formoseños.
Un negocio de miles de millones con clientes cautivos que le genera ganancias abusivas pero que sin embargo no redunda en mejor atención. Todos deben pasar por la amansadora de las filas que comienzan a la madrugada y no se sabe cuando terminan, jóvenes, adultos y abuelos pero lo peor es la absoluta ausencia del estado que lejos es el principal responsable del maltrato a los abuelos.
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Ocupó cargos, pidió favores, posó con los jefes del régimen. Hoy se presenta como opositora, niega su pasado y amenaza a periodistas que lo recuerdan. No cambió de ideas: cambió de estrategia. Y cuando se le agotan los argumentos, recurre a lo que mejor aprendió del modelo que ahora critica: el apriete.
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