
Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof encabezaron un encuentro del PJ en Moreno
Los principales referentes del Partido Justicialista se mostraron juntos en medio de la tensión.
Los principales referentes del Partido Justicialista se mostraron juntos en medio de la tensión.
En una puesta en escena con Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires y Ricardo Quintela de La Rioja, se fotografiaron para apoyar el caos que provocan los gremios kirchneristas con miles de pasajeros rehenes y varados a cada medida extorsiva. Lo curioso es que Insfrán solo usa vuelos charter como los Rolling Stones.
Tras la asunción de Javier Milei, el peronismo sufrió un duro golpe que profundizó además la falta de liderazgo en el espacio, por lo que ahora, en calidad de oposición, busca avanzar en la conformación de una mesa de acción política contra el “ajuste” que le atribuyen la administración libertaria.
Como corolario de las deliberaciones, quedó claro que el rechazo del peronismo es unánime y total a todo el paquete de reformas, e incluso hay cuestionamientos constitucionales muy severos a la delegación de facultades al Poder Ejecutivo, que constituye un “modelo de concentración de poder” para “cerrar el Parlamento”.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, mandó al Ministerio de Educación a distribuir en las escuelas un instructivo que dice, "Yo odio, tu odias, el dispara" y motorizar un debate, absolutamente direccionado en pos de reforzar en los sectores más indefensos una construcción errónea de la realidad.
La oposición formoseña se hunde en su propio pantano: Zárate arma sublemas como salvavidas personal, recicla candidatos y vende operaciones como estrategia. Sin respaldo, sin proyecto y cada vez más lejos de la gente.
Mientras el peronismo acumula derrotas en las urnas, su dirigencia se encierra en reuniones virtuales para validar balances y proteger estructuras oxidadas. Sin autocrítica, sin renovación y con Gildo Insfrán como símbolo del inmovilismo, el PJ camina derecho hacia la irrelevancia en la política nacional.
Del PJ a Milei sin escalas, Pablo Míguez encarna la hipocresía política en su estado más puro: un operador reciclado que ahora se disfraza de libertario para seguir mamando de la teta del poder. Habla de renovación, pero arrastra los vicios de siempre.
Mientras Gildo Insfrán bendice centros de salud y sermonea contra el ajuste nacional, la provincia sostiene una liturgia sanitaria con más relato que médicos, más propaganda que insumos, y una devoción inquebrantable por la ficción estadística.
Con la cantidad de nombres que tiró la legisladora en una entrevista a Radio Uno, ya casi tenemos el elenco completo de una narconovela federal. Solo falta que aparezca un submarino y Netflix firme la serie. No quedó muñeco con cabeza.