Hasta la tarde de este domingo, se veían en los barrios más afectados, árboles que el día sábado cayeron por efecto de las ráfagas de viento y que no habían sido, sino acomodados o recortados con motosierras pero este domingo se discontinuó en el trabajo de recolección y seguían tirados en la calle, alguno de ellos todavía obstaculizando el tránsito.
Locales28/05/2023
leonardo fernández acosta
A pesar del trabajo a destajo de la municipalidad y de los operarios de REFSA, la magnitud de los daños producidos por el temporal superan la capacidad operativa del municipio y de la distribuidora de energía eléctrica.
No ha habido comunicado alguno referido a como avanzaran la reparación de cientos de postes del tendido de red eléctrica y cuando volverá la luz a varios barrios de la ciudad de Formosa que todavía continúan sin el suministro eléctrico.
Hasta la tarde de este domingo, se veían en los barrios más afectados, árboles que el día sábado cayeron por efecto de las ráfagas de viento y que no habían sido, sino acomodados o recortados con motosierras pero este domingo se discontinuó en el trabajo de recolección y seguían tirados en la calle, alguno de ellos todavía obstaculizando el tránsito.
Los vecinos se organizaron desde el día de ayer, entendiendo que por ser domingo, hoy nadie se haría cargo de limpiar los árboles caídos y efectivamente así ocurrió ya que la ciudad amaneció con la mugre más acomodada pero sin el trabajo de emergencia que ameritaba la ocasión.
Por su parte y cumpliendo con la urgencia del caso, los operarios de REFSA, trabajaron durante toda la noche, hasta poner en condiciones al menos los cables del tendido que habían caído al piso inundado provocando explosiones y un gran peligro para las personas.
Sin embargo la gran cantidad de postes caídos hace que se estime en varios días la reposición del servicio eléctrico por la magnitud del daño.
Un video viral mostró a un inspector municipal exigiendo más de 23 mil pesos a un camionero para permitirle el ingreso a la capital formoseña. La maniobra, avalada por una ordenanza del intendente Jorge Jofré, viola los principios constitucionales sobre libre circulación y desató nuevas denuncias por abuso de poder
La manipulación estadística no sólo es un delito: es una forma de desprecio hacia el bien común. En vez de mejorar la realidad, se la falsifica. En vez de enfrentar los problemas, se los maquilla. Y en ese acto se desnuda algo más profundo: el poder entiende que es más importante que la gente crea que todo está bien, que hacer que realmente lo esté.
En Formosa, el poder ya no gobierna: administra su propio miedo. La decisión del gobierno de Gildo Insfrán de prohibir a las escuelas participar del aniversario de Las Lomitas, solo porque el intendente es opositor, muestra la degradación absoluta de un régimen que perdió toda noción de Estado. En lugar de educar en libertad, se adoctrina en obediencia; en lugar de celebrar una comunidad, se la castiga por pensar distinto. La miseria política se volvió método de control, y la decadencia moral, su marca de identidad.
El intento de vender a Gildo Insfrán como “líder nacional” del peronismo es tan absurdo como anacrónico. Mientras el PJ bonaerense se derrumba y el país reclama renovación, un analista de los 70 pretende resucitar a un caudillo provincial cercado por su propio desgaste, su modelo agotado y la sombra cada vez más cercana de una intervención federal.
La diputada provincial Gabriela Neme declaró durante cuatro horas en fiscalía tras una denuncia impulsada por la ministra de la Comunidad, Gloria Jiménez, y el procurador Sergio López. Desde la Red Infancia Robada, Neme acusa a funcionarios, psicólogos y jueces de integrar una “asociación ilícita” que habría quitado niños a familias pobres, encubierto abusos y violado derechos básicos. Los nombres y los casos estremecen.
Con un gasto anual de $706 millones por legislador, la Legislatura formoseña consume más de $20.202 millones al año del presupuesto provincial. Sin control, sin debate y sin transparencia, el cuerpo más obediente del país se convirtió en un símbolo del poder absoluto de Insfrán.
La diputada provincial Gabriela Neme declaró durante cuatro horas en fiscalía tras una denuncia impulsada por la ministra de la Comunidad, Gloria Jiménez, y el procurador Sergio López. Desde la Red Infancia Robada, Neme acusa a funcionarios, psicólogos y jueces de integrar una “asociación ilícita” que habría quitado niños a familias pobres, encubierto abusos y violado derechos básicos. Los nombres y los casos estremecen.
El intento de vender a Gildo Insfrán como “líder nacional” del peronismo es tan absurdo como anacrónico. Mientras el PJ bonaerense se derrumba y el país reclama renovación, un analista de los 70 pretende resucitar a un caudillo provincial cercado por su propio desgaste, su modelo agotado y la sombra cada vez más cercana de una intervención federal.
En Formosa, el poder ya no gobierna: administra su propio miedo. La decisión del gobierno de Gildo Insfrán de prohibir a las escuelas participar del aniversario de Las Lomitas, solo porque el intendente es opositor, muestra la degradación absoluta de un régimen que perdió toda noción de Estado. En lugar de educar en libertad, se adoctrina en obediencia; en lugar de celebrar una comunidad, se la castiga por pensar distinto. La miseria política se volvió método de control, y la decadencia moral, su marca de identidad.
La manipulación estadística no sólo es un delito: es una forma de desprecio hacia el bien común. En vez de mejorar la realidad, se la falsifica. En vez de enfrentar los problemas, se los maquilla. Y en ese acto se desnuda algo más profundo: el poder entiende que es más importante que la gente crea que todo está bien, que hacer que realmente lo esté.
Un video viral mostró a un inspector municipal exigiendo más de 23 mil pesos a un camionero para permitirle el ingreso a la capital formoseña. La maniobra, avalada por una ordenanza del intendente Jorge Jofré, viola los principios constitucionales sobre libre circulación y desató nuevas denuncias por abuso de poder
