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La Coparticipación tiene gobernadores ricos y reelectos pero una Argentina pobre: Formosa recibió 188.012 millones de pesos en el periodo enero-junio

El Estado Nacional y las 24 provincias no tienen ningún incentivo en trabajar con los contribuyentes para generar desarrollo y, así, recursos fiscales. Lo que está sucediendo en Argentina es que el Estado Nacional y las 24 provincias se sientan a esperar que los contribuyentes generen riqueza. Formosa es uno de los ejemplos pero no es el único.

Locales04 de julio de 2023leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
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Formosa recibió 188.012 millones de pesos en el periodo enero-junio, un descenso del -1,4% en relación al acumulado de los mismos meses del año 2022.

En el mes de junio de 2023, las transferencias automáticas de recursos de origen nacional (coparticipación, leyes especiales y compensación del Consenso Fiscal) enviadas al consolidado de provincias y CABA totalizaron unos $1.282.425 millones, exhibiendo un incremento nominal del 110,3% respecto a igual mes del 2022, pero si se tiene en cuenta la inflación representa una caída real de -4,2%.

En tanto, el acumulado anual, enero-junio, evidencia giros a las provincias por 5.459.166 millones de pesos, una caída real del -1,8%, según datos de la consultora Politikon Chaco.

En cuanto a la región NEA, en Chaco los fondos de enero-mayo totalizaron 259.975 millones de pesos, una variación real negativa del -1,6%. La provincia de Misiones acumula en el año 174.250 millones, una caída del -2,1% respecto al mismo periodo del año 2021. Corrientes, en mayo recibió 46.336 millones de pesos, -1,9% respecto al mismo mes de 2022.

Por último, la provincia de Formosa recibió 188.012 millones de pesos en el periodo enero-junio, un descenso del -1,4% en relación al acumulado de los mismos meses del año 2022.

La Coparticipación Federal de Impuestos es un mecanismo a través del cual el Estado Nacional recauda la mayor parte de los impuestos para luego distribuirlos entre el nivel nacional y el conjunto de las provincias (distribución primaria) y entre las provincias (distribución secundaria). 

Para tener una idea de órdenes de magnitud, la presión tributaria en Argentina es de 30% del PIB, de los cuales 25 puntos del PIB son impuestos nacionales y 5 puntos del PIB son impuestos que cobran directamente las provincias. Las provincias luego reciben por la vía de la coparticipación 8% del PIB. O sea, las provincias reciben más plata por la coparticipación que por recaudación propia.

Esto es muy relevante desde el punto de vista del desarrollo económico por dos motivos. 

 
El primero es que la coparticipación les "llueve" a los gobernadores desde arriba sin que ellos hagan nada por el desarrollo del país. Ejemplo: una provincia se esmera por atraer empresas; bueno, el IVA y el Impuesto a las Ganancias que pagan estas empresas no van en beneficio de la provincia que las atrajo; van al Estado Nacional y de allí la mitad se queda en el nivel nacional y la otra mitad se reparte entre las 24 provincias. Entonces, el Estado Nacional y 23 gobernadores, sin hacer nada, se llevan la plata del gobernador que se preocupó por atraer empresas a su provincia.

Acto seguido, este gobernador pasa a despreocuparse por atraer inversiones y que los otros se ocupen de generar recaudación, así, a él, también le cae la plata desde arriba gracias a la coparticipación. 

En suma, el Estado Nacional y las 24 provincias no tienen ningún incentivo en trabajar con los contribuyentes para generar desarrollo y, así, recursos fiscales. Lo que está sucediendo en Argentina es que el Estado Nacional y las 24 provincias se sientan a esperar que los contribuyentes generen riqueza, como puedan (cada vez son más pobres los servicios que brinda el Estado en sus tres niveles de gobierno) y que paguen religiosamente los impuestos para que a ellos les "llueva" la plata por la coparticipación.

 El segundo motivo es que, además de que la plata viene en forma de "lluvia", no viene condicionada. O sea, los gobernadores pueden hacer lo que quieran con esa plata. Los resultados están a la vista gracias a los datos del Censo 2022. Vamos a los números.

La región más beneficiada por la coparticipación es el NEA. En el año 2022, el promedio de coparticipación que recibieron todas las provincias fue de $137.000 por habitante. El NEA recibió $226.000 por habitante. O sea, casi el doble. El NEA viene disfrutando esta situación desde hace 35 años, o sea desde 1988, que es cuando se sancionó la actual Ley de Coparticipación.

Bueno, qué dice el Censo 2022 sobre el desarrollo social del NEA: el 26% de los hogares no tiene piso de material, el 18% no tiene agua de red para beber y cocinar, el 60% no tiene cloacas, el 95% no tiene conexión a gas de red y el 38% no tiene internet en la casa.  

La otra región que le sigue en privilegio es el NOA. En el 2022, recibió en concepto de coparticipación $215.000 por habitante. Qué dice el Censo 2022: el 25% de los hogares no tiene piso de material, el 8% no tiene agua de red para beber y cocinar, el 37% no tiene cloacas, el 60% no tiene conexión a gas de red y el 33% no tiene internet en su casa.

El NOA está un poquito mejor que el NEA pero en trazos generales son incuestionables los severos déficits de infraestructura social de las dos regiones. Después de 35% años de "generosidad" de las otras provincias para con el norte, el atraso social en el norte sigue incólume. 

¿La razón? La coparticipación es un regalo no condicionado. Entonces, las dirigencias políticas de las provincias del norte hicieron lo que quisieron con la plata durante 35 años. La usaron para multiplicar el empleo público y otros favoritismos a fin de eternizarse en el poder.

 La coparticipación enriqueció a los dirigentes políticos del norte pero empobreció a Argentina. Sacó recursos de las provincias del centro y sur, que son las más productivas, para regalárselos a los dirigentes del norte que ni siquiera se preocuparon por achicar las brechas de desarrollo de su propio pueblo norteño respecto al centro y al sur.

La solución pasa por eliminar la coparticipación, en lugar de distribuir recursos, hay que distribuir las fuentes tributarias. 

 El Estado Nacional debería financiarse con el impuesto al comercio exterior, a los ingresos y a la seguridad social. Cada provincia debería financiarse con el impuesto a las ventas, que resulte de unificar el actual IVA con Ingresos Brutos y tasas municipales, que se genere en su territorio. Esto cambiará radicalmente los incentivos. Quien gasta tiene primero que recaudar y para recaudar, antes, tiene que promover la generación de valor agregado en su territorio provincial.

 Para achicar la brecha de desarrollo que sufre el norte respecto al centro y sur hay que prever un Fondo de Convergencia, transitorio y condicionado, sujeto a la aplicación de políticas de desarrollo. Basta de "cheques en blanco" que es lo que es la coparticipación.

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