Nuevamente los comerciantes protestaron frente a la casa de gobierno totalmente vallada. Piden volver a trabajar con protocolos.
Locales08/06/2021
leonardo fernández acosta
Cerca de 100 comerciantes se congregaron frente a la casa de gobierno para volver a protestar por la Fase 1 y la prohibición de volver a trabajar, luego fueron hasta el Ministerio de la Jefatura de Gabinete a unos metros y esperaron que termine la conferencia de todos los días para insultar a los miembros de la mesa del COVID.
Hubo carteles de todo tipo y repudio hacia el gobernador, Gildo Insfrán, por la detención de uno de los empresarios que participara en la marcha del día lunes, Marcelo Ocampo. A media marcha llegaron, Pablo Siddig, Gabriela Padrón y Patricio Evans, también con pedido de captura pero que no fueron detenidos en toda la jornada.
Marcelo Ocampo estuvo detenido por alrededor de 8 horas en la Comisaría Octava y por el trabajo de los Dres. Juan Montoya y Agostina Villaggi pudo recuperar la libertad cerca de las 18 horas de este martes. Por su parte la jueza de feria, Laura Karina Paz, otorgo la excarcelación de los otros comerciantes ante el pedido del Dr. Carlos Lee quien también se sumó a la protesta.
Según manifestaron este miércoles volverían al mediodía para seguir pidiéndole al gobierno que los dejen trabajar porque ya no tienen para comer. Cuando los miembros de la mesa del COVID salieron fueron insultados y abucheados.
Al momento de su liberación, Marcelo Ocampo dijo que: "la política que aplica este gobierno es el amedrentamiento y el hacer tener miedo a la gente. Quieren causar que la gente tenga miedo pero eso lo que produce es potenciarnos y vamos a seguir resistiendo para decir, “basta de estos atropellos en Formosa y salir mañana mismo a la calle y pedir por el derecho de todos los formoseños y esto que me pasó a mi no le tiene que pasar a ningún ciudadano de bien”. “ Tenemos que unirnos los formoseños y terminar con todo tipo de abusos y violaciones que están ocurriendo en Formosa” cerró
Otro papelón libertario: mientras reparten discursos sobre la "libertad", usan fotos ajenas sin permiso y fabrican apoyos donde no los hay. El candidato Gripaldi quiso sumar a un empresario que ni lo deja entrar a su negocio.
La Policía de Formosa volvió a actuar como sabe: con opacidad, despliegue excesivo y nulo respeto por la transparencia. Mientras intenta descalificar al periodismo que investiga, se hunde en un descrédito irreversible, marcado por el historial de causas fraguadas, testigos falsos y operativos turbios. Nada en su versión oficial resiste el menor análisis. Y ya nadie les cree una sola palabra.
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Ocupó cargos, pidió favores, posó con los jefes del régimen. Hoy se presenta como opositora, niega su pasado y amenaza a periodistas que lo recuerdan. No cambió de ideas: cambió de estrategia. Y cuando se le agotan los argumentos, recurre a lo que mejor aprendió del modelo que ahora critica: el apriete.
Mientras la localidad enfrenta índices alarmantes de pobreza, falta de infraestructura y abandono sanitario, su intendente Adolfo Pérez promete “voto cautivo” para Gildo Insfrán y asegura que en Pozo del Mazo “todos viven dignamente”. El manual del servilismo institucional, en su versión más grotesca.
Ampollas de fentanilo incautadas en Formosa: una droga 100 veces más potente que la morfina, cruzando la frontera en una encomienda
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La jueza Sánchez se descompensó, pero lo que se activó no fue un protocolo sanitario, sino la maquinaria del miedo: patrullas, forenses, silencio oficial y amenazas a periodistas que hicieron su trabajo.
Mientras una jueza permanece internada y la Justicia guarda silencio, el ministro Jorge González y el diputado Hugo “Carlín” Insfrán se exhiben sonrientes en redes sociales, musicalizados con humor negro. La foto, lejos de transmitir alegría, confirma la insensibilidad y el blindaje de una casta política que se burla del pueblo y de sus propios excesos.
La impunidad se quedará sin fueros: la Corte Suprema confirmará la condena a Cristina Kirchner por corrupción y allanará el camino a su detención. Se acabaron los discursos, las operaciones y el blindaje político. El final del relato ya no es épico: es judicial.
