Suscribirme

El pacto latente que amenaza al trono: el renacer de la alianza Jofré-Celauro

En las entrañas del poder formoseño, donde el modelo de Gildo Insfrán ha reinado por décadas con mano de hierro y estrategia implacable, este domingo electoral se encendió una señal que los más atentos supieron leer: la vieja alianza entre Jorge Jofré y Manuel Celauro sigue viva. Y no solo viva, sino decidida a recuperar el aliento conspirativo que alguna vez la puso al borde de un quiebre histórico. El triunfo de Ariel Caniza es una continuidad del plan listo a activarse en cualquier momento.

Opinión14/04/2025leonardo fernández acostaleonardo fernández acosta
jofre
Ambos comparten algo más que territorio y peronismo: comparten una memoria, el legado de Celauro. Una historia no tan lejana donde el descontento con Insfrán casi se transformó en ruptura.

El triunfo de Ariel Caniza en Clorinda, apalancado por la agrupación "Valores Ciudadanos" —bastión político del intendente capitalino Jorge Jofré— no es un mero resultado electoral. Es una jugada maestra, una advertencia de que la sucesión política en Clorinda no se rinde al dedo de Insfrán, sino que responde a una lógica territorial que excede al verticalismo peronista.

El PJ retuvo el municipio, sí, pero no por obra del gildismo. Lo hizo a pesar de él. Porque la maquinaria que impuso a Arturo Cabral, el exjuez impulsado por el senador Miguel Mayans, fracasó estrepitosamente. Apenas logró cosechar la mitad de los votos de Caniza. Y en ese resultado no solo hay una derrota: hay un mensaje cifrado que llegó hasta la última oficina de la Casa de Gobierno.

La vieja sociedad de dos barones

Manuel Celauro, el extinto viejo zorro del segundo distrito electoral más importante de la provincia, siempre desafió en silencio al conductor. No lo gritó, pero lo hizo notar. Ganó elecciones, mantuvo independencia, y se cuidó de no romper del todo. Jorge Jofré, en la capital, repitió la jugada: resistió todos los intentos del gildismo por imponerle rivales, y salió victorioso cada vez. A pesar de las presiones, los recursos y los operativos.

Ambos comparten algo más que territorio y peronismo: comparten una memoria. Una historia no tan lejana donde el descontento con Insfrán casi se transformó en ruptura. Años atrás, se sentaron a la misma mesa a conspirar, a imaginar un futuro sin el eterno gobernador. Estuvieron cerca. Muy cerca. Pero Jofré, más pragmático, bajó la guardia. Celauro, fiel a su estilo, se replegó. Y la revolución quedó suspendida, apenas recordada por unos pocos como un susurro maldito.

El regreso del plan inconcluso

Pero ahora, el destino vuelve a juntarlos con otro protagonista. Y no por casualidad. Las condiciones han madurado. Jofré no podrá reelegirse. Celauro ya no está pero su memoria allanó el camino a su sucesor. La elección de Caniza reactivó la maquinaria dormida. El "fuego amigo" no ha desaparecido: solo estaba invernando.

Lo que pasó este domingo no es solo un resultado electoral. Es una proclama silenciosa. Los territorios siguen bajo el mando de los dos barones. No hay obediencia al modelo. Hay autonomía. Y en esa autonomía, hay poder. Un poder que —aunque aún no se exhibe— puede, cuando lo decidan, transformarse en ruptura.

El último capítulo no está escrito, pero los tiempos se acortan. Jofré con Caniza ya no pueden esperar otra década. Las piezas se están moviendo. Y si alguna vez soñaron con disputarle el trono a Insfrán, hoy vuelven a tener las condiciones, la excusa y, sobre todo, los votos.

La historia vuelve a crujir en Formosa. Y no por el clamor opositor, sino por la implosión que empieza a gestarse en las propias entrañas del poder.

Leonardo Fernández Acosta

Licenciado en Comunicación Social

Te puede interesar
camion

Acto del PJ, una humillación en cada elección: el disfrazado viaje a la esperanza con destino final en la dependencia

leonardo fernández acosta
Opinión31/05/2025

Los trasladan como ganado, pero les prometen libertad. Viajan en un camión volcador hacia un acto político, creyendo que participan de la democracia, cuando en realidad son piezas de un sistema perverso que los condena, una y otra vez, a votar por quienes los mantienen pobres, dependientes y callados. No es una movilización: es una humillación institucionalizada.

302572191_5664521996899350_7280990897513865611_n

Fanatismo y descontrol

leonardo fernández acosta
Opinión03/09/2022

Nadie en toda la república Argentina que haya visto las imágenes del arma frente al rostro de la vicepresidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, gatillando de manera fallida dos veces para intentar asesinarla, puede dejar de manifestar su más absoluto y contundente repudio a la violencia por la magnitud de lo que pudo haber ocurrido debido al fanatismo de un psicopata .

Lo más visto
de

La caja chica del feudo: cómo LLA entregó Vialidad al gildismo sin pudor ni vergüenza

leonardo fernández acosta
Locales23/05/2025

La caja chica de Vialidad vuelve a abrirse con moño azul. Mientras Javier Milei brama en conferencias sobre la “casta política”, en Formosa su partido pacta con lo más rancio del aparato feudal. La salida forzada del ingeniero Víctor Padilla de la jefatura de Vialidad Nacional es un caso paradigmático: se va un funcionario que mantuvo operativa la estructura vial con escasos recursos y entra Hernán Ramis, un cuadro del gildismo reciclado por la vía rápida de la impunidad.

501917460_18328590019207717_2796745022387591122_n

El gaucho del rebenque fácil y el corazón flojo: Brignole, valiente con mujeres de la oposición, cobarde cuando aparece el Ejército

leonardo fernández acosta
Interior29/05/2025

El intendente Mario Brignole juega al macho montado con rebenque en mano para amedrentar a la oposición, pero tiembla de miedo cuando el Ejército anuncia maniobras en su camping. Gaucho para agredir mujeres, pero cobarde cuando no controla los uniformes. La síntesis perfecta del modelo formoseño: bravuconería para los débiles, sumisión ante el poder real.

camion

Acto del PJ, una humillación en cada elección: el disfrazado viaje a la esperanza con destino final en la dependencia

leonardo fernández acosta
Opinión31/05/2025

Los trasladan como ganado, pero les prometen libertad. Viajan en un camión volcador hacia un acto político, creyendo que participan de la democracia, cuando en realidad son piezas de un sistema perverso que los condena, una y otra vez, a votar por quienes los mantienen pobres, dependientes y callados. No es una movilización: es una humillación institucionalizada.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email