El dato para reflexionar: Mientras se gastan miles de millones en La Fiesta del Pomelo,en este momento, en Formosa no solo no hay cardiólogos en el Hospital Felipe Arnedo de Clorinda sino que no hay cardiólogos en toda la provincia en el sistema público de salud.
Interior15/10/2024
leonardo fernández acosta
Este lunes 14 de octubre, alrededor de las 16:45 horas, el intendente de Clorinda, Manuel Celauro, falleció a los 68 años a raíz de un paro cardiorrespiratorio, un hecho tan inesperado como trágico.
Así lo confirmó a la Agencia de Noticias de Formosa (AGENFOR), Bernardita Obst, directora del hospital clorindense “Felipe Cruz Arnedo”, quién detalló que “el SIPEC asistió a su domicilio donde comenzó el trabajo de reanimación correspondiente”.
Además, ya en dicho nosocomio, el personal de salud continuó con su tarea de reanimación por más de treinta minutos, pero lamentablemente se produjo el deceso cerca de las 17 horas.
Cabe recordar que Celauro estuvo en la apertura de la XL Fiesta Nacional del Pomelo, el fin de semana pasado, en Laguna Blanca, por lo que su fallecimiento provocó gran conmoción en la comunidad formoseña.
Extraoficial
Según versiones confiables, el intendente habría sufrido un paro cardiorespiratorio masivo y a pesar de la reanimación, varios factores confluyeron a agravar un diagnóstico previo de tabaquismo, exceso de peso y sedentarismo entre otras cuestiones que causaron el deceso.
Pero la trágica situación trae a colación el hecho de la falta de especialistas cardiólogos en el Hospital, Felipe Arnedo, profesional que dificilmente hubiera modificado la crisis cardíaca del intendente pero si podría influir de manera determinante en otro tipo de casos.
El dato para reflexionar: Mientras se gastan miles de millones en La Fiesta del Pomelo,en este momento, en Formosa no solo no hay cardiólogos en el Hospital Felipe Arnedo de Clorinda sino que no hay cardiólogos en toda la provincia en el sistema público de salud.
La jueza Sánchez se descompensó, pero lo que se activó no fue un protocolo sanitario, sino la maquinaria del miedo: patrullas, forenses, silencio oficial y amenazas a periodistas que hicieron su trabajo.
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